martes, 16 de mayo de 2017

La invasión de los drones.



Los drones han atravesado la barrera de la guerra para incorporarse a la vida cotidiana y redifinir la sociedad en la que vivimos.

Estos vehículos no tripulados van a estar presentes en las respuestas a las situaciones de emergencia, en proyectos medioambientales y hasta en el servicio de paquetería y correo.

Los múltiples usos actuales de los drones plantean problemas éticos y jurídicos aún sin abordar, como la seguridad, la privacidad de las personas y la titularidad del espacio aéreo, accesible de repente para cualquiera.

Para muchos, los drones constituyen ya, la clave de la denominada cuarta revolución industrial. Hasta no hace demasiado, se ha asociado incorrectamente su uso único al campo militar y al espionaje. Sin embargo, sus posibilidades en la sociedad civil son amplias y variadas. “Curiosamente, vivimos en un tiempo en el que se teme la maquinaria militar, pero podemos ir a una juguetería y comprar un aparato nada caro, que es muy similar, y con el que podemos hacer fotografías y cotillear el jardín del vecino”, afirma uno de los filósofos de la tecnología en “La invasión de los drones”.


En 2013, una empresa china fue la primera en emplear la tecnología de los drones militares a fin de crear una versión accesible y asequible. Atravesaron así, la barrera de la guerra, para la que habían sido diseñados y comenzó la incursión de estos artículos tecnológicos en la sociedad civil. “Los robots voladores, o drones, tienen infinitas aplicaciones; depende por completo del uso que se les quiera dar. Creo que esto no es más que la punta del iceberg”, asegura un especialista en tecnología humanitaria en “La invasión de los drones”.

Nuestra vida, al lado de estos drones ha cambiado y mucho y esta masiva incorporación nos está obligando a redefinir en muchos sentidos, quiénes somos como seres humanos y en qué tipo de sociedad vivimos. Sus múltiples aplicaciones plantean problemas en materia ética y jurídica, aún sin abordar, como la seguridad y privacidad de las personas o la titularidad del espacio aéreo, accesible repentinamente para cualquiera. “Si no se regula el espacio aéreo, tendremos un segundo internet, un espacio público dominado por diez grandes grupos empresariales, que requerirá de enormes esfuerzos para que siga siendo público”, alerta otro de los expertos del documental.

En un futuro próximo, los drones formarán parte del  paisaje, del entorno; serán prácticamente  invisibles y se integrarán a nuestro alrededor. Ser conscientes de esta circunstancia, sentará las bases para defender el uso de estas imparables tecnologías, pero teniendo siempre muy presente el poder que encierran, si las empleamos sin ser críticos y sin cuestionarlas.

Fuente: rtve.es