martes, 25 de octubre de 2016

Los dibujos y la literatura en la vida infantil.

Yudi Vargas: “El día que no ilustro es como si me faltara algo en mi interior”

El arte cobra protagonismo en la campaña a la carrera presidencial de Estados Unidos. No es algo nuevo, la contraofensiva cultural ha sido apoyo u opositor de regímenes totalitarios y gobiernos democráticos desde hace muchos años.

Yudi Vargas es ilustradora, ha trabajado en #Libros infantiles, relatos cortos y múltiples proyectos artísticos. En una entrevista exclusiva para Blasting News analiza el valor y la importancia del arte en el panorama actual.

¿Qué cambios notas en la literatura infantil de los últimos años?

Cuando era niña me hubiese encantado leer los libros infantiles que hoy en día existen, ahora que soy adulta los encuentro más fácilmente y junto con mi hija sigo siendo lectora de ellos, anteriormente no era así, la búsqueda de libros infantiles, sobre todo los libros ilustrados, era más difícil, hoy en día existen más escritores infantiles, editoriales, ilustradores, psicólogos, pedagogos, profesores, librerías, bibliotecas, distribuidoras y más medios, que hacen que a un niño le llegue más fácilmente un libro. Los cambios en la literatura infantil que más he notado no solo es que han ido mejorando el aspecto comunicativo, formativo, psicológico o terapéutico de los textos sino también han ido mejorando el aspecto estético y visual del libro, con la ayuda de la ilustración infantil el pequeño lector comprende mejor el mensaje que se quiere transmitir y por lo tanto le ayuda a desarrollar su imaginación.


¿Crees que se ha perdido el mundo onírico y mágico de la infancia en los textos para niños?

No creo, al contrario se ha ido incrementando más, a día de hoy existen historias de todo tipo que son extraordinarias que evocan el mundo onírico y mágico a los niños, para mí es un aspecto importante de la literatura infantil que no debería faltar. Casi siempre busco libros de este tipo, a mi hija y a mi nos encantan, son historias que nos "teletransportan" y hacen que nuestra imaginación vuele a niveles altos, nos divierten mucho. En cambio, lo que si creo que se está perdiendo en los niños es el hábito a la lectura, la influencia de otras distracciones como la TV, los videojuegos, Internet, entre otros hacen que ellos lean menos. Ellos leen porque alguien les inculca o les da ejemplo es importante que las familias, los organismos educativos, sus tutores, amistades, etc… den ejemplo de lectura, para que no se pierda un tesoro tan valioso como son los libros.

¿Cuál es tu sensación como ilustradora del valor terapéutico de dibujar?

El día que no ilustro es como si me faltara algo en mi interior, la ilustración me hace alcanzar un conocimiento más profundo de mí misma, no solo me lleva a un estado de calma sino que se convierte en un hilo conductor entre mi mundo interior y el de los demás, como ilustradora siento que con mis ilustraciones tengo la posibilidad de construir una historia, darle forma a un mensaje, potenciar la creatividad, ofrecer nuevas expresiones y comunicar mis ideas hacia los demás. Es mi forma de lenguaje más profunda.

¿Que busca un niño cuando se acerca a un libro ilustrado?

Creo que un niño cuando se acerca a un libro ilustrado es porque la ilustración le ha llamado a él. La búsqueda de un libro ilustrado para un niño estará condicionado por sus vivencias, su entorno, sus gustos, sus influencias y su cultura, entonces el libro puede ser que lo busque a él, un niño busca según sus necesidades y curiosidades, cuando ilustro un libro infantil busco trasmitir al niño el mensaje de la mejor forma para que pueda potenciar su imaginación, sentir nuevas sensaciones y a la vez divertirle. #Animación #anime


imagen de la ilustradora Yudi Vargas

miércoles, 19 de octubre de 2016

En Ecuador, mujeres emprendedoras encuentran esperanza post-terremoto.

Mujeres asistentes al taller en Calceta esperan atentamente sus diplomas de participación. Foto: ONU Mujeres/Romina Garzón





Entre los árboles de algodón, las flores tropicales y el mar de la costa este de Ecuador, en Manabí —una de las provincias más afectadas por el terremoto ocurrido el pasado 16 de abril—se levantan pequeños poblados donde cientos de familias quedaron damnificadas.
El 40 por ciento de las mujeres en las áreas devastadas no reciben ingresos propios. Muchas son cabeza de hogar y debido al sismo perdieron sus viviendas y sus empleos. La mayoría de ellas, en la actualidad, vive en albergues instalados por el Gobierno Nacional y otros organismos cooperantes. Según datos del Gobierno ecuatoriano, se han contabilizado 28.775 personas albergadas y un total de 5.824 familias afectadas.
Pero, a pesar de la dura situación que atraviesan, no han perdido su entusiasmo ni sus ganas de salir adelante. Del 17-19 de mayo, alrededor de 80 mujeres en las poblaciones de Calceta y Rocafuerte asistieron a un taller de capacitación denominado “Herramientas para mi desarrollo personal y el de mi negocio”, organizado por el Ministerio de Justicia en coordinación con ONU Mujeres.
Este proyecto, al igual que las capacitaciones al personal de Fuerzas Armadas y Policía en temas de prevención de violencia de género, son herramientas que servirán para empoderar y proteger a las mujeres y niñas tras el terremoto.
En medio del sofocante calor y las condiciones adversas, las mujeres fueron incrementando su interés por los temas de manejo de una microempresa, costos de recuperación, horarios de trabajo, manejo de presupuestos y salarios, para poder levantar y mantener un pequeño negocio. Luego de tres días de preparación, muchas ya tenían en mente qué negocio iban a montar.
Valeria Bazurto, Reinalda Zambrano y Rosa Delgado reciben sus diplomas en Rocafuerte. Foto: ONU Mujeres/Romina Garzón

En Rocafuerte, Reinalda Zambrano, tuvo que mudarse a un albergue, pues su casa se vio afectada por el sismo. Ella se dedica a la agricultura y la costura y, gracias a su trabajo, mantiene sola a sus hijos. Dice que el taller ha sido una oportunidad para “tener en alto su autoestima, valorarse como ser humano y apreciar su trabajo”. Reinalda afirma que los nuevos conocimientos adquiridos le ayudarán a ser autónoma y a “no depender de una cosecha ni del padre de sus hijos” para poder alimentarlos y educarlos. En los próximos meses planea montar un taller de costura.
Nancy Álvarez, de 40 años, vive en Calceta, es parvularia y, aunque no perdió su vivienda, quiere apoyar de alguna manera a su comunidad. Sus hijos ya son mayores y por ello, actualmente puede apoyar con el cuidado de las niñas y niños en el albergue que está ubicado en el estadio municipal. Dice sentirse muy agradecida por la motivación que han recibido de parte de las capacitadoras para “tener fuerza y empezar una nueva vida”. Con una gran sonrisa comenta que empezará pronto a formar su pequeño negocio de venta de ensaladas de frutas. “Ya he sacado los porcentajes de inversión y de ganancias. Estoy decida a emprender”, comentó.
En ambos poblados, las participantes de la capacitación recibieron un certificado que avala los conocimientos adquiridos. Todas aceptaron el documento con alegría, gratitud y la esperanza de ver cristalizados sus sueños.
“Nos dimos cuenta del alto potencial de mujeres que conocían oficios pero que necesitaban, posiblemente, herramientas para mejorar su capacidad de producción”, explica Moni Pizani, Representante de ONU Mujeres en Ecuador, agregando que este programa de instrucción básica fue inspirado por las propias mujeres que habitan en estos lugares. “Normalmente, vemos las crisis como un problema, pero de aquí, también salen muchas oportunidades que tenemos que aprovechar. Estamos a la orden para apoyarles en lo que, mínimamente, podamos”.
Los talleres han sido impartidos en tres localidades de la provincia de Manabí, y a cada uno han asistido alrededor de 35 mujeres. La oficina planea extender los cursos de acuerdo a las necesidades que presenten las comunidades afectadas en los próximos meses.

Fuente: unwomen.org